Antes de empezar a tratar con la sanación de los problemas y aflicciones de otros hay que envolverse en la luminosa presencia de cualquier Maestro, de manera que no atraigamos la aflicción en nosotros.
Podemos invocar a la Amada Madre María, al Amado Jesús, al Señor Miguel o a Saint Germain. Si no hacemos esto atraemos la aflicción hacia nuestro interior.
1) Si nos estamos auto-sanando debemos invocar a la Poderosa Presencia “YO SOY” o si estamos sanando a otra persona, debemos pedirle a la Presencia “YO SOY” y al Santo Cristo Propio que remueva las causas y núcleos de la aflicción a niveles internos. Esto es muy importante ya que solamente así se podrá obtener una sanación permanente, de otra manera, el problema volverá a aparecer. Es también pedirle a la persona que necesita sanación, que busque dentro de sí misma, la causa y el núcleo probable de su aflicción.
2) Ahora debemos invocar la presencia luminosa de un Maestro. Podemos invocar al Amado Jesús, a la Madre María o a Hilarión que son los Maestros de la Sanación.
3) Ahora le pedimos al Maestro Jesús que vierta su luminosa presencia sobre, a través y alrededor de nosotros mismos y de la persona que necesita sanación y le pedimos que la mantenga sostenida.
- Visualizamos el cuerpo del Maestro hecho de una Luz Blanca intensa, deslumbrante, que se vierte dentro de la persona, el lugar o la condición que deseemos perfeccionar.
- Visualizamos la figura del Maestro sobre el paciente y considerablemente más grande que el paciente.
- Mantenemos esto en nuestra conciencia, con un sentimiento fuerte y seguimos visualizando la resplandeciente Luz Blanca.
El sentimiento fuerte es lo que nos trae resultados, nos conecta con el poder de Dios, no debemos dudar. El sentimiento fuerte, nos dice el Maestro Jesús, es el único poder que nos trae la energía de Dios hacia nosotros. Jesús fue el más grande ejemplo del poder de sanación instantánea que el mundo occidental haya conocido. El ha dicho “las cosas que yo he hecho, ustedes las harán y aún cosas más grandes harán”. Esta promesa es nuestro reto.
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