sábado, 19 de febrero de 2011

EL AMOR

Si el ser humano tan sólo reconociera que el Amor de Dios es el poder motivador natural de su ser, inmediatamente vería que su intento de usar la energía sin calificarla con este Magno Poder de Amor Divino tiene, en consecuencia, que acarrearle justamente el resultado opuesto al que desea. Por lo tanto, que todos abran sinceramente la Puerta a todas las expresiones, a todas las actividades; y encontraremos nuestro mundo transformado y moviéndose dentro de una Armadura de Protección donde sólo imperan la Luz, la Paz y la Armonía. 

Lo primero sencillamente esencial en el uso constante de la Magna Energía Constructiva es que te determines a moverte única­mente en el Sagrado Esplendor de tu Magna “Presencia de Dios.” A través de muchas experiencias inferiores hemos visto a menudo lo que podemos hacer cuando tenemos la suficiente determinación de llevar algo a cabo. En la determinación de utilizar el poder constructivo —que es Dios en Acción— habremos liberado entonces la más poderosa Fuerza en el Universo para actuar por nosotros. 

En el momento en que nos hacemos conscientes de la Energía de Dios, la ponemos en movimiento. En su estado infinito, es estática. Conscientemente dirigida, es dinámica. Esta es la razón para deman­dar el uso consciente del entendimiento. Este es el punto sutil en que los individuos caen en un estado de apatía, y debería evitarse como se evitaría una serpiente venenosa.

Saint Germain

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