El cielo es mantenido conscientemente por quienes no aceptan "el infierno" en su mundo. A cada quien se le permite poblar su mundo con criaturas de su propia escogencia. Los residentes del eternamente-sostenido Reino en el cual Nosotros habitamos son más constantes en su vigilancia que el resto de la gente de la Tierra; y mientras sirven en este ámbito inferior, quienes ya se ganaron su Liberación Eterna son lo suficientemente sensatos como para repeler inmediatamente cualquier impresión imperfecta que trate de captar su atención.
La atención es la puerta abierta a través de la cual fluye toda experiencia al mundo de ustedes. Para ustedes, la atención se ha convertido en la conexión con la "fuerza siniestra" —como ustedes la llaman— mientras que Nosotros la utilizamos como la conexión constante con Dios —tanto dentro como fuera de Nosotros.
Controlen la facultad de su atención durante una hora, poniéndola sin vacilación sobre el bien, y Yo desafiaré a toda sombra que se les acerque durante ese lapso. Luego aumenten el tiempo asignado a esta actividad, hasta que se convierta en un hábito; y de esa manera estarán en capacidad, finalmente y por perseverancia, de evitar que el mal de la índole que sea entre a su mundo y experiencia. Su atención tiene que ser atraída a algo antes de que puedan concientizarse de ello. Esto es verdad con respecto al dolor, ya que muchos soldados que perdieron un miembro en el campo de batalla, en el fragor del conflicto no sintieron pérdida alguna hasta que aflojaron la atención de la crisis en que estaban comprometidos. Luego el miedo se dejó sentir, seguido por la aceptación de la pérdida.
Si pudiéramos persuadirlos de que mantuvieran su atención sobre el bien tanto tiempo como la mantienen sobre un sentimiento hiriente o una sensación de privación, tendrían la puerta abierta a su completa liberación.
Ustedes los del mundo occidental no están acostumbrados a disciplinar la mente, las emociones o el cuerpo —pero para aquéllos que aspiran a la maestría, la manera más fácil de alcanzar la paz es lanzar el pleno poder de su atención sobre alguna buena manifestación de vida TODO el tiempo. Podría ser una cualidad en ustedes mismos o en otros, un bello cuadro o un poema, las palabras de un Maestro o Su semblanza, pero es necesario que estén constantemente alertas a eso sobre lo cual permiten descansar a su atención. Ustedes ni soñarían en ingerir arsénico u otro veneno, y, no obstante, contaminan su vida entera cada vez que permiten que su atención descanse, con aceptación, sobre cualquier asunto inferior a la plena Perfección de Dios. Si Yo o cualquier otro Maestro Ascend ido nos permitiéramos reconocerlos como ustedes se ven unos a otros, en quince minutos seríamos como ustedes. ¡PIENSEN EN ESO! De allí que si quieren ser como Nosotros, entonces, tienen que ver a todo el mundo como lo hacemos Nosotros. TRATEN A TODOS LOS QUE ENCUENTREN COMO NOS TRATARÍAN A NOSOTROS- entonces su carne reflejará eso que ustedes reconocen como VERDADERO a través de su atención.
La atención es la puerta abierta a través de la cual fluye toda experiencia al mundo de ustedes. Para ustedes, la atención se ha convertido en la conexión con la "fuerza siniestra" —como ustedes la llaman— mientras que Nosotros la utilizamos como la conexión constante con Dios —tanto dentro como fuera de Nosotros.
Controlen la facultad de su atención durante una hora, poniéndola sin vacilación sobre el bien, y Yo desafiaré a toda sombra que se les acerque durante ese lapso. Luego aumenten el tiempo asignado a esta actividad, hasta que se convierta en un hábito; y de esa manera estarán en capacidad, finalmente y por perseverancia, de evitar que el mal de la índole que sea entre a su mundo y experiencia. Su atención tiene que ser atraída a algo antes de que puedan concientizarse de ello. Esto es verdad con respecto al dolor, ya que muchos soldados que perdieron un miembro en el campo de batalla, en el fragor del conflicto no sintieron pérdida alguna hasta que aflojaron la atención de la crisis en que estaban comprometidos. Luego el miedo se dejó sentir, seguido por la aceptación de la pérdida.
Si pudiéramos persuadirlos de que mantuvieran su atención sobre el bien tanto tiempo como la mantienen sobre un sentimiento hiriente o una sensación de privación, tendrían la puerta abierta a su completa liberación.
Ustedes los del mundo occidental no están acostumbrados a disciplinar la mente, las emociones o el cuerpo —pero para aquéllos que aspiran a la maestría, la manera más fácil de alcanzar la paz es lanzar el pleno poder de su atención sobre alguna buena manifestación de vida TODO el tiempo. Podría ser una cualidad en ustedes mismos o en otros, un bello cuadro o un poema, las palabras de un Maestro o Su semblanza, pero es necesario que estén constantemente alertas a eso sobre lo cual permiten descansar a su atención. Ustedes ni soñarían en ingerir arsénico u otro veneno, y, no obstante, contaminan su vida entera cada vez que permiten que su atención descanse, con aceptación, sobre cualquier asunto inferior a la plena Perfección de Dios. Si Yo o cualquier otro Maestro Ascend ido nos permitiéramos reconocerlos como ustedes se ven unos a otros, en quince minutos seríamos como ustedes. ¡PIENSEN EN ESO! De allí que si quieren ser como Nosotros, entonces, tienen que ver a todo el mundo como lo hacemos Nosotros. TRATEN A TODOS LOS QUE ENCUENTREN COMO NOS TRATARÍAN A NOSOTROS- entonces su carne reflejará eso que ustedes reconocen como VERDADERO a través de su atención.
Su mundo es un espejo, reflejando de vuelta a ustedes lo que CREEN que es real —no lo que afirman— por medio de su atención. Si ustedes, Mis amados hijos, aprendieran esta verdad —y no sólo la LEYERAN— Yo vería una gran mejoría en ustedes y en sus mundos para la próxima vez que los visite mediante el "Boletín". El "Verbo" tiene que hacerse su carne y habitar entre ustedes. Las palabras de los Maestros, tal cual lo afirmara el amado Jesús, son VIDA, y deben enraizarse y crecer en ustedes, de lo contrario a la Hueste Ascendida no se le permitirá —por Ley Cósmica— dar de Su vida allí donde no hay crecimiento del alma. Por consiguiente, amigos Míos, permitan que cada palabra de Verdad que les Hemos dado se convierta en part e de su identidad eterna. ¡Practiquen esto y sean LIBRES!
Maháchohán
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