La Verdad nunca cambia. Es sólo la conciencia evolucionante del individuo a la cual se le permite discernir mayores o menores detalles de esa Verdad, lo cual pareciera indicar conflicto. Esta capacidad para percibir la verdadera Naturaleza de Dios, Su universo y Su creación se desarrolla a través de la dedicación consagrada de la Energía Vital a tal percepción. Aquellos individuos que de tal manera hayan consagrado sus vidas a una búsqueda detallada, honesta, persistente y consecutiva tras la Verdad han llegado a esto. Algunos se han graduado del ámbito de los buscadores y se han convertido en la autoridad -la Ley en sí. Por mérito, son investidos con el derecho a dispensar la Verdad a aquéllos interesados en encontrarla. Es a estos seres que la humanidad debe acudir, si desea un conocimiento aplicable de las Leyes de la Vida Universal y progreso, y el medio y manera mediante el cual pueda el hombre acelerar su evolución a través de entrar a la comprensión y aplicación de dichas Leyes.
MaháChohán
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