La Fe es una cualidad que es inherente a la vida. No hay nadie que no tenga fe en algo. En su esencia primigenia, la vida contiene -subdesarrollada- toda cualidad que es constructiva. Los egos que evolucionan parecen perder temporalmente el uso de algunas cualidades -al menos temporalmente, durante sus largos viajes por el plano terrenal- tales como Liberación, Victoria y Pureza. Sin embargo, no hay ego evolucionante que haya entrado al sendero de la experiencia de vida, que no tenga fe mediante la cual ha moldeado, a diario, la energía de su propio ser. Los individuos siempre han tenido, tienen y siempre tendrán fe en algo.
Llegamos ahora a la clara comprensión de la cualidad que representa la fe. ES un canal a través del cual fluye la energía vital del ego evolucionante para energizar todo aquello que el individuo escoja aceptar como verdad para él y, conforme a su fe, tal cual dijera Jesús repetidamente, le será hecho.
Instrumentos de Fe
El poder directivo de la atención y el poder receptivo de los sentidos son instrumentos de fe. Sin embargo, la fe, de por sí, es una vertida consciente de esencia vital que energiza y magnifica aquello que el ego evolucionante cree que es real, y a lo cual, mediante su fe, le da su propio Poder Divino mediante el cual se le permite vivir en este mundo de experiencia. Si examinaran los grandes hombres de todas las eras, así como también los tiranos de la historia, verían que todos ellos tenían fe -los unos en el Poder Divino actuando a través de ellos, y los otros en su propia habilidad para lograr gloria y dominio. Cada uno de ellos utilizaba la cualidad de fe para lograr sus respectivos fines.
No es cuestión de adquirir fe, sino más bien de entrenar al ego evolucionante a permitir que la fe de ese ser fluya ÚNICAMENTE dentro de aquellas manifestaciones que él o ella desea sostener.
En su arrogancia intelectual, el individuo está muy propenso a utilizar los informes de sus sentidos como ley irrefutable para probar que su fe está basada en hechos. Cuando tal persona ve una apariencia de enfermedad, se siente justificado en su propia mente "Yo lo he visto con mis propios ojos y, por tanto, sería infantil de mi parte afirmar que tal cosa no es real". La Fe de este ego evolucionante une de esta manera sus energías con la apariencia discordante; y la Fe, al ser el poder energizador de Dios, hace entonces que la condición le parezca real por la mismísima cualidad y presión de su propia aceptación.
Espejismo de las facultades
Esta misma persona, viendo a un individuo alejarse por un camino, lo ve disminuir en tamaño hasta que se torna del tamaño de una uña. La visión física de nuestro protagonista informa que su amigo se ha encogido al tamaño de una uña, empero el hombre no tiene fe en el informe de su vista física porque sabe que se trata de una ilusión óptica. Por tanto, ¿deberían tomarse las facultades visionarias del hombre como conductores infalibles de la Verdad, para afectar las cualidades de la fe de tal persona?
Tomemos el caso de otro ejemplo. Utilicemos la facultad de audición. Un individuo aceptará el informe de un arma, una explosión, o un grito de dolor, como verdadero porque lo escuchó con sus oídos físicos, empero está moviéndose constantemente en una atmósfera llena de música, pero no la escucha hasta que un aparato de radio baje su acción vibratoria hasta el punto en que el sentido auditivo puede absorberla. Luego, ¿es la facultad auditiva lo suficientemente precisa para permitirle moldear la cualidad de la fe de alguien? Podrán ustedes seguir esta misma tendencia con respecto a los sentidos de tacto, olfato y, aún más, dentro del ámbito emocional. Por ejemplo, una persona podrá tener un fuerte sentimiento de temor concerniente a un desastre inminente o circunstancias angustiantes, sobre las cuales pareciera carecerse de todo control. Estos sentimientos de temor impiden que el individuo ponga su fe en el Poder de dios para protegerlo y ministrarlo. Por tanto, la presión de su fe se está vertiendo dentro de esa condición discordante para energizarla y hacer que le parezca tanto más real. Esto es debido a que la naturaleza emocional también está sujeta a los informes erróneos que no tienen fundamento en Verdad o hecho alguno.
Si un hombre pudiera aprender la Verdad contenida en la afirmación de Jesús, "Conforme a vuestra fe os será hecho" Mateo 9:29, se daría cuenta de cuán poderosa fuerza es la cualidad de su fe, y de cómo el estado natural de su conciencia de ser determina, continuamente, la manifestación que él energiza.
La atención es una facultad espiritual que la mente está dirigiendo constantemente, y es el canal a través del cual fluye la energía de Dios. La atención lleva sobre el rayo de su propia fuerza magnética, la radiación del enviador al objeto sobre el cual está orientado el rayo. La Fe es un estado constante del propio ser, cada segundo de la Eternidad. Cuando el ego evolucionante se impregna de tal manera con la convicción interna de conciencia que DIOS ES EL ÚNICO PODER QUE PUEDE ACTUAR, la fe de tal persona energiza constantemente ese Poder Divino que fluye a través de todas las apariencias. El tratamiento no es cuestión de concentrarse durante algunos días o meses, sino de una vertida constante de esa cualidad de fe en la que habitan eternamente los Maestros y TODOS los Seres Perfeccionados.
Casa dividida
TODA la Jerarquía Celestial y, de hecho, toda vida (excepto la que se encuentra evolucionando en el plano terrenal) habita en la fe perfecta en el BIEN. No hay "casa dividida contra sí misma" excepto en el Reino Humano. Es este Reino Humano el que ha impartido el miedo, la incertidumbre y la duda a los Reinos Animal y Elemental, mediante darle fe a un poder opuesto a Dios.
El ciclo ha regresado de nuevo al punto en que la cualidad de Fe será utilizada ÚNICAMENTE para expandir la radiación del Poder Divino.
Señora Fe (Complemento Divino del Arcángel Miguel)
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