La Paz, simbolizada por la amable paloma, es uno de los Regalos del Espíritu Santo, un don que el individuo no recibe desde afuera, sino que es parte integral de su Naturaleza Divina —la cual entraña su deber obligatorio sentir, irradiar y compartir con su prójimo. "¿Cómo podemos sentir paz cuando estamos en un mar de problemas?", podrán preguntar los estudiantes. Sencillamente quiten su atención de las apariencias de problemas, y colóquenla sobre la Paz. Una cosa es segura: no pueden tener paz y problemas al mismo tiempo. ¡Doquiera que su atención (la cual es su vida) esté, allí estarán ustedes!
La paz es el substrato de toda Manifestación Divina constructiva y duradera. Por tanto, aún en medio de la apariencia de problemas, hay paz. Búsquenla y la encontrarán. La manera de buscarla, tal cual lo mencioné en algún otro sitio, es permitir que la COMPRENSION, la TOLERANCIA, la PACIENCIA, la HUMILDAD y el SERVICIO AMOROSO sean sus consignas, llenando sus pensamientos, sentimentos, palabras habladas y acciones.
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