martes, 18 de enero de 2011

CREACIÓN DE LA LLAMA



Amados Míos, ¿que, de hecho, crea una Llama Cósmica? Estoy seguro de que ustedes han pensado en esto a menudo. Un requerimiento específico de cualquier sistema planetario en cuanto a una cualidad o actividad que está ausente es reconocido por una Individualización que está interesada en ese planeta o planetas; y que habiendo encarnado a través de las puertas del nacimiento, se da cuenta de que hay un requerimiento y de que hay una respuesta a ese requerimiento de parte de la Luz Una y vida del cielo. Un individuo de esta índole, mientras que todavía no ha ascendido, hace el llamado al Padre Celestial durante los æones de experiencias de vida física y, así, magnetiza una llama específicamente calificada por Dios desde el Corazón del Cielo y de los Seres Libres-en-Dios que representan esa cualidad específica, virtud, don o requerimiento dentro de la sustancia de la Tierra. Seres no-ascendidos sostienen esa Llama Divina en la atmósfera de la Tierra para un propósito específico mediante su Amor Divino. 

Aquéllos que reconocieron que la humanidad, los ángeles aprisionados, la vida elemental y toda cosa viviente ya habían aceptado o habrían de aceptar en el futuro la desintegración, la descomposición y la susodicha muerte última como un proceso necesario de evolución, decidieron en su interior ayudar a la creación y sostenimiento aquí en esta Tierra, en el mundo de las apariencias físicas, de la Llama de la Ascensión que tanto amo... ¡y que he custodiado durante eras! Ésta es la "puerta abierta" a los ámbitos celestiales, a través de la cual la humanidad y toda vida algún día pasará a su liberación al cierre de un lapso terrenal. 

Si alguien no hubiera reconocido inicialmente el requerimiento específico, si algún Ser Divino no hubiera estado dispuesto a invertir sus energías en responder al ser que reconoció el requerimiento dirigiendo esa llama hacia la Tierra, y de no haber habido CONSTANCIA en aquéllos que reconocieron su Presencia y la amaron, la Llama de la Ascensión, tal cual lo denota su propio nombre, hubiera ascendido con toda Su plenitud de vuelta al bello ámbito en el que no hay zozobra de ninguna índole. Pero por amor al hombre y a la Vida Eterna, la hemos custodiado y protegido.

Serapis Bey

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