sábado, 17 de marzo de 2012

EL ARTE DE CONVERTIRSE EN UN CONDUCTOR SANADOR

ODUCCIÓN

Extendemos nuestro amor y gratitud a la Diosa de la Misericordia y Com­pasión —la amada Kwan-Yin— cuya única razón de ser es la de redimir, sublimar y purificar las energías que la humanidad ha con­taminado consciente o inconscien­temente. Estas energías, llevando la acción vibratoria de la impureza, conforman una presión de pasión y lujuria que rápidamente se auto-adhiere a individuos que no están en guardia contra las mareas de impureza que estimulan los bajos instintos del hombre. 

Se espera que los amables lectores escojan cooperar conscientemente con la bendita Kwan-Yin en la utilización del Fuego Violeta de Misericordia y Compasión, para disolver estas presiones masivas de impureza, y para eliminar de la humanidad el estímu­lo que la lleve a generar pensamientos, palabras, sentimientos y acciones impuros. 

La Hueste Ascendida ha decretado que los pueblos de la Tierra sean rápidamente liberados de la impureza, y que las mujeres en masa sean elevadas de nuevo a la dignidad, pureza, honor y belleza de alma, espíritu, mente y cuerpo —que es su derecho natal Divino y destino último. La Hueste Ascendida también ha decretado que la humanidad de la raza — que ha impuesto tanto de su voluntad humana, egoísmo, indulgencia personal e impureza sobre las mujeres— se eleve a su sentido de responsabilidad para proteger a las mujeres de la raza. Se decreta adicionalmente que el manto de burla, discriminación, intolerancia y condenación que se ha tejido con las energías auto-virtuosas tanto de hombres como de mujeres con respecto a la denominada "mujer caída", sea disuelto mediante la sublimación de esas energías mediante la Aplicación consciente y una tolerancia personal y comprensión de que el "error" es temporal... ¡si bien la Verdad es eterna! 

¡Amada Kwan-Yin! Que encuentres entre quie­nes lean estas páginas, chelas dispuestos y deseosos de ayudarte en este gran servicio! 

THOMAS PRINTZ






<< HABLA LA AMADA KWAN-YIN: 

Amadas y benditas flores en el jardín del Señor de Esperanza! Al inhalar el perfume que emana de sus fervorosos y sinceros empeños a lo largo de los años, y al tiempo que acopio la cosecha del amor de su luz, estoy sumamente agradecida de que, entre los seres humanos de la Tierra, haya corrientes de vida encarnadas individuales que, aún vistiendo todavía los vínculos kármicos de su propia hechura, estén deseosas de traer los regalos de Misericordia, Compasión y Sanación a esta raza. 

Durante muchos años, se me ha conocido como el Espíritu de las Llamas de Misericordia y Compasión. Me gustaría hablarles acerca de esa Llama de la Misericordia, porque su presencia es realmente importante en el mundo emocional de quienes tengan el deseo de sanar. ¡Ninguna sanación permanente de mente y cuerpo puede darse, amados Míos, únicamen­te mediante el esfuerzo de la voluntad humana! El mundo emocional de ustedes está compuesto de mu­cho más de la mitad de su energía vital, y la calidad que fluye a través de sus sentimientos es el "conduc­tor" a través del cual fluye esa esencia sanadora calificada al interior del mundo de quien ustedes desean beneficiar. Mis benditos, su mundo emocional es el puente sobre el cual fluye el elixir sanador acopiado de vida calificada, el cual entra a la mente del paciente para disipar las sombras, entra a sus emociones para disipar la depresión, entra a su carne pura resucitarla y llevarle nueva vida. 



<< SANACIÓN A FUERZA DE VOLUNTAD 

A lo largo de las eras, se ha dado el caso de individuos que han practicado el arte de manifestar el poder sanador, y quienes han desarrollado una tre­menda capacidad para sostener un concepto mental que está comparativamente libre de imperfección. Esto se ha desarrollado en una ciencia mediante la cual ese concepto, a través de un practicante entrenado y poderoso, puede inyectarse en la conciencia del paciente y ser aceptado por un esfuerzo de la voluntad humana. 

Sin embargo, casi sin excepción, ustedes encon­trarán que cuando el individuo que está prestando el servicio es extraído de la Tierra mediante la susodicha "muerte", la condición ya sea recurrirá en el paciente en esa encarnación, o permanecerá para ser transmu­tada a Luz en una vida terrenal sucesiva. Verán, a lo largo de las eras se han registrado en el cuerpo etérico muchísimos efectos establecidos por causas de imper­fección en pensamiento y sentimiento. Estos se manifiestan más adelante sobre la pantalla de la vida como enfermedades de mente y cuerpo. Mediante un esfuerzo de voluntad, a menudo son de nuevo presionadas o forzadas hacia atrás a la vestimenta etérica, pero no transmutadas a luz en los Niveles Internos. Por tanto no tienen ustedes una purificación sostenida ni permanente de la corriente de vida. 

Los sanadores que prestan un servicio de naturaleza permanente (como el prestado por el Maestro Jesús, a quien honramos en esta Semana Santa) utilizan sus mundos emocionales como "conductores" a través de los cuales fluye la Llama de Misericordia Compasión. Jesús encarnó esa autoridad en su frecuente afirmación, “Tus pecados te son perdonados” así como también “Toma tu lecho y anda.” 





<< VOCACIÓN DE SANADOR 

Ahora, estas Llamas de Misericordia y Compasión se estremecen en los pechos de muchos hombres; mujeres como una vocación, si bien no todos ellos son necesariamente sanadores espirituales. Muchas de estas personas se desenvuelven en la profesión médica y ministran en otras maneras tanto a las mentes como a los cuerpos de los seres humanos. Cuando vemos estos sentimientos estremecerse en algún individuo sabemos que tenemos un nuevo candidato para nuestros Templos Cósmicos de Misericordia, nuevos estudiantes que están listos para ser matriculados entre los Hermanos y Hermanas de Compasión. Los elevamos hasta el punto en que sus sentimientos se convierten en maestros de las energías que contactan. 



<< LÁSTIMA VERSUS COMPASIÓN 

Me gustaría traer esto a la atención de ustedes hoy, debido a que la compasión es una cualidad positiva. La lástima es una cualidad negativa. Estas dos cualidades son opuestos exactos. Tal cual les dicho el Maestro Saint Germain, la lástima constituye un acuerdo o componenda con la imperfección. ¿Qué quiere decir el Maestro con esto? Pues que tu fuerza vital, fluyendo a través del cordón de plata de tu Presencia, abalanzándose sin control y adhiriéndose a personas acongojadas, inmediatamente asumen la cualidad de esa zozobra. De esa manera, en vez, de ayudar a esa persona, la recargas aún más con la misma cualidad de esta energía infeliz al volver tu atención y tu lástima (tu energía calificada) hacia ella. Permites que la virtud fluya saliendo de ti sin control alguno — magnificas y magnetizas la aflicción. Por el contrario, la compasión, al dilucidar el requerimiento del momento, no permite que el sentimiento deje la llama del corazón con la aceptación de la apariencia discordante. No acepta que haya un poder más grande que Dios. Luego, con el equilibrio magistral de ese anclaje Divino, los poderes sanadores son atraídos y proyectados a la persona que tiene necesidad. Todo este tiempo, tu propia Presencia Electrónica, a través de tu mundo emocional, está en total maestría de la condición o circunstancia. 

Por ejemplo, en el caso de un accidente, si un individuo con lástima fuera a escudriñar una persona cuya sangre de vida estuviera hemorragiando, el individuo lastimoso probablemente se desmayaría, mientras que la persona compasiva le daría una asistencia inmediata al herido deteniendo el flujo de la sangre. Es importantísimo que ustedes comprendan esto. Verán, la mismísima naturaleza de los interesados en sanación generalmente los hace extremadamente sensibles a la aflicción. En su fervor por ayudar, frecuentemente se inclinan a aceptar como "real" las apariencias en el mundo de la forma. Y al así hacerlo, no sólo se desgastan mediante la lástima (a Veces hasta el punto de desmayarse) sino que también magnifican esas aflicciones en su prójimo. 

Nuestro amado Maestro Jesús era una corriente de vida sumamente positiva. De haber permitido que Sus cualidades positivas de compasión y misericordia se convirtieran en aceptación negativa (mediante la lástima) de locura, lepra y la misma muerte no hubiera sido el Maestro victorioso que fue, no hubiera podido convertirse en el ejemplo perfecto para que siguieran todos los presentes en la Tierra. 



<< FUENTE CONTROLADA 

Si vas a convertirte en un poder sanador en este universo, tienes que convertirte en una fuente de energía positivamente controlada. Tu alma es la conciencia acumulada a la cual me estoy dirigiendo esta mañana. Tu conciencia externa ha registrado en ella la duda y el miedo, las experiencias e impresiones que has adquirido a lo largo de todas las centurias en que has vivido. Es menester que tomes tu alma y, en callada introspección, la examines bien. Determina: realmente crees que en tu corazón y en tus sentimientos que no hay más poder que Dios. Cuando intelectualmente dices de los labios para afuera, "Yo Soy el Poder Divino todopoderoso—no hay otro poder que pueda actuar".... ¿realmente lo estás diciendo en serio? 

Puedes auto-medirte, hijo mío, mediante el comportamiento de la energía que contactes. Si esa energía no responde favorablemente, es que en los confines secretos y profundos de tu propia alma, no has renunciado a tu creencia en otros poderes distintos al de Dios Todopoderoso. Es que a Dios, quien es todo amor y todopoderoso, siempre triunfante, Maestro —toda la energía responde instantáneamente. 

La corriente de vida sanadora tiene que ser un individuo positivo. En su corazón, alma y espíritu, tiene que estar tan seguro de la presencia del Padre como lo estuvo el Maestro Jesús cuando se paró frente a la tumba de Lázaro y, sin temor al ridículo ni duda en cuanto a la respuesta de esa alma, llamó, “¡Lázaro ven fuera!”, Jesús sabía que el Dios adentro, la Presencia viviente de ese hombre, sacaría a Lázaro de la a-todas-luces apariencia de muerte. De esta manera todos los que pudieran creer, Jesús les dio prueba luciente de que la muerte no existe. Dicha apariencia ¡mana únicamente de la aceptación de la conciencia eterna. No se puede abordar con una aceptación nega­tiva de derrota la sanación de naciones ni la sanación de un planeta que clama con dolor y agonía.