"Oh, y, ¿qué es este Plan Divino", pregunta mucha gente, "eso es TAN abstracto...." No es para nada abstracto, más de lo que sería abstracto este micrófono a través del que estoy hablando. El plan Divino es la realización a través de ustedes de lo óptimo que hay en ustedes, de manera que el bien de sus Cuerpos Causales pueda manifestarse aquí en la Tierra como en se manifiesta en el Cielo. Ese es el Plan Divino de Dios. No es para nada abstracto. Se manifiesta a través de ustedes cuando entran y permanecen en un estado de gracia escuchante, y siempre sabrán que es el Plan de Dios para ustedes porque experimentarán un sentimiento de solaz al esforzarse por manifestarlo.
Apurarse de un lado para el otro sobre la faz de la Tierra buscando tu plan divino es como correr por la faz de la Tierra buscando tu aliento. Está aquí mismo donde te encuentras; aquí mismo donde está tu cuerpo, en el cáliz de tu corazón está la semilla de tu Plan Divino. Ese Plan Divino, cuando se exteriorice, hará el reino de los cielos más bello aquí en la Tierra para el Maestro Ascendido Saint Germain. Cuando hablo de esta manera, la gente dice, "oh, yo no me merezco nada; no sé cuál es mi Plan Divino y estoy muy confundido a ese respecto."
¿Por qué estás confundido? Pues, porque en tu mente, sentimientos, conciencia etérica y cerebro también hay un plan humano, y no has renunciado al ser externo hasta el punto en que puedes realizar y reconocer tu plan Divino. Ciertamente hay cosas que es menester hacer en esta Tierra, cosas que todos ustedes hacen y lo hacen bien; pero también hay un momento para que cada individuo, en santidad, se aquiete lo suficiente como para dilucidar qué es el plan y patrón para sí. Si se trata de algo que es de beneficio personal, eso es para el ser externo; si se trata de algo de beneficio impersonal para la raza, ésa es una parte del Plan Divino.
Ahora, no es que Yo espere que ustedes anden por allí sin techo ni ropa, y sin prestar los necesarios servicios mundanos que constituyen su karma actual, y que se la pasen mariposeando tratando de establecer el Reino de Dios en la Tierra así como es en el cielo. No, lo que sí espero es que ustedes balanceen las dos, y en ese balance conozcan la diferencia entre la María y la Marta de la época de Jesús; Marta, tan interesada en limpiar para el Señor, escuchó poco de Su instrucción, empero María, cerca de él, se bañó en Su amor. Esa misma actividad y verdad eterna se aplica aún hoy, y se aplicará por toda la eternidad.
El Morya en "Boletines Privados de Thomas Printz"